Grecia. Sede de la historia Humana. Su mitología te invita a retroceder con nuestros antepasados. La ciudad de Atenas. Sus monumentos, sus museos y toda la ciudad.Las estatuas hablan, insinúan en silencio su historia. Plaka es imprescindible vivirla de noche. Su legado de luces hacen surgir la magia de la noche.Luego hay que zarpar rumbo a Santorini.Cada rincón es enigmático, sus calles, sus cúpulas azules, sus puestas de sol, su mar, el azul aterciopelado del cielo, la gastronomía, sus acantilados, su gente y su belleza invitan a susurrarte que has llegado para vivir el mejor atadecer que mis pupilas hayan podido imaginar, hacerme algo más pequeñita y olvidarme de respirar.No podemos dejar de mencionar a sus fieles y bonachones burros, aunque me encantaría que llevasen otra vida, alguna dónde pudieran ser más libres.Por el volcán no temas. Hace muchos años que descansa entre el mar egeo. Duerme. Y si estás asustado, los miles de gatos que conviven con la gente de allí, darán la alarma.Y para finalizar, no olvides viajar a Cabo Sunión. Allí seguro que te espera el rincón de Poseidón, el Dios del Mar Egeo desterrado por Atenea. El único lugar dónde se unen tierra, sol y mar en una sola combinación.Un viaje inolvidable y cuyos recuerdos los detuvimos en el tiempo a través de las fotografías. Situada dentro del marco que forman las Islas Cícladas, al sudeste de la Grecia Continental, Santorini es una isla especial, y se percibe como tal desde la misma llegada al puerto.Antiguamente la isla estaba cubierta por un volcán, que una vez entrado en erupción hizo que la cima de la montaña se viniese abajo, permitiendo su formación a partir de un cráter sumergido. Como resultado, surgieron los escarpados acantilados que impresionan por su gran altura y por el contraste que ejercen con el azul cristalino del Mar Egeo. Fira es una ciudad pequeña, llena de calles empedradas y retorcidas, con casas blancas y cúpulas azules donde merece la pena darse un largo paseo.Una de sus cualidades es el ambiente. Hay gente por todas partes, y no me refiero sólo a los turistas, sino a los oriundos. Aquí se compra y se venden un montón de productos, por lo que Fira es también la capital del comercio local, está lleno de pequeñas tiendas con mucho encanto. Me encanta la belleza que tiene, sus formas y colores, me encanta que la hayan hecho a la orilla del mar, sin duda alguna es un lugar impresionante.
Grecia. Sede de la historia Humana. Su mitología te invita a retroceder con nuestros antepasados. La ciudad de Atenas. Sus monumentos, sus museos y toda la ciudad.Las estatuas hablan, insinúan en silencio su historia. Plaka es imprescindible vivirla de noche. Su legado de luces hacen surgir la magia de la noche.Luego hay que zarpar rumbo a Santorini.Cada rincón es enigmático, sus calles, sus cúpulas azules, sus puestas de sol, su mar, el azul aterciopelado del cielo, la gastronomía, sus acantilados, su gente y su belleza invitan a susurrarte que has llegado para vivir el mejor atadecer que mis pupilas hayan podido imaginar, hacerme algo más pequeñita y olvidarme de respirar.No podemos dejar de mencionar a sus fieles y bonachones burros, aunque me encantaría que llevasen otra vida, alguna dónde pudieran ser más libres.Por el volcán no temas. Hace muchos años que descansa entre el mar egeo. Duerme. Y si estás asustado, los miles de gatos que conviven con la gente de allí, darán la alarma.Y para finalizar, no olvides viajar a Cabo Sunión. Allí seguro que te espera el rincón de Poseidón, el Dios del Mar Egeo desterrado por Atenea. El único lugar dónde se unen tierra, sol y mar en una sola combinación.Un viaje inolvidable y cuyos recuerdos los detuvimos en el tiempo a través de las fotografías. Situada dentro del marco que forman las Islas Cícladas, al sudeste de la Grecia Continental, Santorini es una isla especial, y se percibe como tal desde la misma llegada al puerto.Antiguamente la isla estaba cubierta por un volcán, que una vez entrado en erupción hizo que la cima de la montaña se viniese abajo, permitiendo su formación a partir de un cráter sumergido. Como resultado, surgieron los escarpados acantilados que impresionan por su gran altura y por el contraste que ejercen con el azul cristalino del Mar Egeo. Fira es una ciudad pequeña, llena de calles empedradas y retorcidas, con casas blancas y cúpulas azules donde merece la pena darse un largo paseo.Una de sus cualidades es el ambiente. Hay gente por todas partes, y no me refiero sólo a los turistas, sino a los oriundos. Aquí se compra y se venden un montón de productos, por lo que Fira es también la capital del comercio local, está lleno de pequeñas tiendas con mucho encanto. Me encanta la belleza que tiene, sus formas y colores, me encanta que la hayan hecho a la orilla del mar, sin duda alguna es un lugar impresionante.
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