1797 - 1798 Lienzo. 0,97 x 1,90 Museo del Prado, Madrid.En ambas figuras sorprende la extraña cabeza, casi de maniquí, inexpresiva y pegada de manera ilógica a un tronco, con el que no parece tenga mucho que ver. Me gusta esta pintura junto con la vestida, que son similares, se basan en el análisis de pinceladas, colores y modelado.Posee una calidad tersa y aporcelanada, casi de esmalte; su concepto de perfección anatómica tiene más de obra académica que de mujer de carne y hueso. Nacarada y casi transparente, contrasta con el lugar tan exquisito donde se halla tendida, en el que brillan los blancos y azules con fina intensidad. Es casi neoclásica por su sentido escultórico y aunque responde al tipo femenino habitual en la producción de grabados y dibujos del maestro, es lo menos “goyesco” que pintó. Tiene mucho detalle y muy bueno, me gusta, la expresión de su cara, el cuerpo, la silueta, y el fondo, todo combina, tiene buen diseño de cada detalle.
1797 - 1798 Lienzo. 0,97 x 1,90 Museo del Prado, Madrid.En ambas figuras sorprende la extraña cabeza, casi de maniquí, inexpresiva y pegada de manera ilógica a un tronco, con el que no parece tenga mucho que ver. Me gusta esta pintura junto con la vestida, que son similares, se basan en el análisis de pinceladas, colores y modelado.Posee una calidad tersa y aporcelanada, casi de esmalte; su concepto de perfección anatómica tiene más de obra académica que de mujer de carne y hueso. Nacarada y casi transparente, contrasta con el lugar tan exquisito donde se halla tendida, en el que brillan los blancos y azules con fina intensidad. Es casi neoclásica por su sentido escultórico y aunque responde al tipo femenino habitual en la producción de grabados y dibujos del maestro, es lo menos “goyesco” que pintó. Tiene mucho detalle y muy bueno, me gusta, la expresión de su cara, el cuerpo, la silueta, y el fondo, todo combina, tiene buen diseño de cada detalle.
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